Un punto que pareciera no tener relevancia en lo estadístico es el porcentaje de victorias, pocos aficionados se meten en el rollo estadístico, lo que se quiere ver es el espectáculo, bien ubicado en el standing y que el equipo gane, gane y gane para ser campeón.
Tras bambalinas, en la parte directiva, es cuando el asunto suponemos preocupa. Es cuando se necesita sacudir al equipo y hacer cambios por todos lados. Mazatlán ya ha hecho ajustes en la parte del pitcheo, a la ofensiva, coaches y hasta el timón ahora dirigidos por Pablo Ortega.
Desde la temporada pasada Venados no supera esta barrera del porcentaje más allá de los .600, fue inconstante, dio una de cal por dos de arena y también dio dos de cal por una de arena, pero a pesar de eso el equipo vino de menos a más y obtuvo los resultados importantes para colarse a la final y casí, casí ganar su décimo título.
Pablo Ortega hace lo que puede, con la poca experiencia al mando de un equipo. Eso sí, tiene el respaldo de la capacidad de Homar Rojas.
Al cierre de la primera vuelta, Venados quedó con 14 ganados y 14 perdidos, quedando a media tabla con .500 de porcentaje. En esta segunta vuelta al día de hoy 16 de diciembre cuenta con 8 ganados 8 perdidos, porcentaje también en .500; ¿y qué cree? En la tabla general, pues Mazatlán está en el séptimo escalón de 10 equipos con un total de 22 triunfos y los mismos descalabros, entonces también estamos en los .500.
Entonces, ¿importa esta cifra estadística?.
Hasta cierto punto solo es un dato, se ha visto que en el deporte así te cueles en el último lugar de clasificación a liguillas (futbol) o seas el último invitado a la fase de playoff puedes salir campeón si el equipo consigue los triunfos oportunos.
Entonces, el que Venados nos esté acostumbrando últimamente a no estar en los primeros planos, pero mientras se cuele a los playoffs y puede pelear por un campeonato ¿es justificable? —hagan equipos de tres o más personas y debátanlo ustedes, hay mucha tela de donde cortar—.
Lo cierto pues, es que la situación no apura, pero urge ver más constancia. En esta atípica temporada en la hubo recorte de extranjeros, en la que se ha echado mano de novatos, está el compromiso no obligatorio (pero si moral) de pelear por ser el representante de la Serie del Caribe que se disputará en nuestra casa, repito no tiene que ser a h_ _ _ o que los Venados sean los campeones, esto es un volado y hay que tratar de ganarlo, no siempre estará la suerte de nuestro lado.
No están lejos de los primeros planos, si es lo que queremos, son solo tres juegos de diferencia para llegar al primer lugar, la cosa es que no se mantienen un dominio y una constancia.
Esta es la temporada de los aciertos, de las buenas decisiones en lo gerencial, por lo pronto a los Venados apenas les va cuajando la gelatina. Hay dos equipos a los que aparentemente en este rol regular ya les cuajó el asunto, son los Águilas de Mexicali, que en la primera vuelta se recuperaron bien y en esta segunda ¡uff! dan guerra; el otro es Algodoneros de Guasave.
Así como a ellos queremos ver a los Venados, ¿Qué no? ó ¿vamos bien?
Saludos y gracias por tu lectura.