¿Qué hace un deportista para subsistir?, vivir de contratos, ya sea en los deportes de grupo o individuales, pero que tanto hay detrás de esos contratos que en ocasiones suelen ser mezquinos, ambiguos o están cargados en favor de un solo lado: el de los administradores, dueños o apoderados.
Recientemente está el caso del FC Barcelona, que por un lado peleaba la permanencia o la cláusula de pago de cerca de 700 millones de Euros para aquel que quisiera a Messi, según lo estipulado en el contrato del argentino.
Por otro lado, la turbia administración de Josep María Bartomeu, afilaba la guillotina para deshacerse de los servicios de uno de los máximos goleadores de este club, el uruguayo Luis Suárez, a quien le quedaba un año de contrato, mismo tiempo que Lionel Messi, a diferencia que a este último, según una cláusula, tenía la oportunidad de irse libre al terminar la campaña 2019-2020…¡en sus sueños!, porque al argentino le falto leer bien las letras chiquitas del contrato y a decir de él mismo, el actual presidente blaugrana no cumplió con su palabra, más bien le jugo el dedo en la boca y le escondió la realidad de ese contrato.
Dos panoramas similares en las que brotan el convenencierismo, oportunismo y favoritismo.
Por un lado la disputa con Messi para evitar irse gratis, la solución la dio el mismo jugador, quedarse a cumplir el año que falta para evitar los tribunales y evitar terminar del todo mal con el club de sus amores —o por lo menos el que le abrió puertas y lo hizo lo que es ahora—.
Del otro lado, la llegada del nuevo técnico al banquillo culé — prohibido completar el mote de esta distinguida institución con la palabra “ros”, no son tan culeros, solo ven por el negocio— Ronald Koeman, le trajo la peor pesadilla al uruguayo Luis Suárez.
El holandés prescindió en un minuto, en una llamada de un minuto de los servicios de este killer. Ok, ok, está bien que se cierre un ciclo, a falta de un año de contrato, ni modo, Suárez era parte de la limpia y la renovación de este plantel.
Lo que llama grandemente la atención de un servidor es el comentario con el que el goleador remata el trato, el desdén, el actuar del club español al no permitirle siquiera concluir el año que le quedaba de contrato, ósea, salida forzosa.
Suárez dijo : “Cuando el club te dice que no cuenta contigo hay que aceptarlo, igual que cuando un jugador te dice que se quiere ir”.
¡Tremendo bombazo!, muy cierto lo que dijo, este comentario es como un gancho al hígado o un upper a la quijada, aunque literalmente no le importe a la gente de pantalón largo.
Analizando, el uruguayo planteo en su comentario lo que aconteció con Lionel Messi, quien al terminar la temporada en julio, tomó la decisión de anunciar que se iba del club, novela que concluiría en el Manchester City, pero que Barcelona evitó con un as bajo la manga según una cláusula del contrato que nada más entendió Bartomeu.
Todo esto ha arrojado reacciones de exjugadores del Barcelona, dígase un Dani Alves, un Neymar, este último sorprendiéndose de como hacen las cosas los directivos.
Y no es para menos, Barcelona es una máquina de tirar dinero, con la partida de Suárez al Atlético de Madrid, ¡GRATIS!, y de Arturo Vidal, al Ínter de Milán, también ¡GRATIS!, el club queda mal parado y siendo la comidilla del gremio.
Total, esto ha sido desde siempre, el que resulta siempre disque usado y maltratado es el jugador, ya de poco a poquito han ido peleando por sus derechos, ya no quieren ser el objeto de mercadeo en los drafts de transferencias, nada de pactos de caballeros y muchos menos se les desdeñe en los últimos momentos de sus contratos.
Saludos y gracias por tu lectura.
