El ex presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, comparecerá el viernes en un juzgado de Madrid por el beso que dio a la delantera española Jenni Hermoso.
Hermoso presentó la semana pasada una denuncia judicial por el beso que Rubiales le dio en los labios tras la victoria de su selección en la final del Mundial femenino el 20 de agosto.
Rubiales ha sido citado por un juez del Tribunal Superior para responder a las acusaciones de agresión y coacción.
Comparecerá ante un magistrado a las 12:00 hora local (11:00 BST). Hermoso, de 33 años, dijo que el beso no fue consentido, mientras que Rubiales ha afirmado que fue “mutuo” y “consentido” y volvió a defender sus acciones en una entrevista con Piers Morgan, que se emitió el martes en Talk TV.
Rubiales dimitió el domingo como presidente de la Federación Española de Fútbol a raíz de la polémica, y también ha renunciado a su cargo como vicepresidente del comité ejecutivo de la Uefa.
La denuncia de Hermoso era por agresión sexual, pero la semana pasada la fiscal Marta Durantez Gil añadió una acusación de coacciones después de que la delantera revelara que algunos de sus familiares habían sido presionados por Rubiales y su “entorno profesional” para que dijeran que “justificaba y aprobaba lo sucedido”.
El lunes, el juez Francisco de Jorge de la Audiencia Nacional admitió a trámite la querella y asignó a un magistrado la instrucción del caso.
Una vez concluida la investigación, el magistrado hará una recomendación para que el caso vaya a juicio o sea sobreseído.
Jorge también ha solicitado que se presenten como pruebas las imágenes de vídeo del incidente de la cadena pública RTVE, así como los vídeos de las celebraciones del equipo publicados en Internet por los periódicos españoles El País, AS y La Vanguardia.
Las consecuencias del beso han afectado al fútbol español en las últimas semanas y han eclipsado la victoria de España en el Mundial. Rubiales hizo caso omiso de las reiteradas peticiones de dimisión antes de dimitir el domingo.
La acusación de agresión sexual puede acarrear penas que van desde una multa a cuatro años de cárcel, según la legislación española.