El Valencia ha sido sancionado con el cierre parcial del estadio durante cinco partidos tras el insulto racista al delantero del Real Madrid Vinicius Jr.
La Policía española ha detenido a tres personas en relación con los abusos dirigidos contra el brasileño en el estadio de Mestalla el pasado domingo.
Valencia también ha sido multado con 45.000 euros (£ 39.000).
La tarjeta roja tardía de Vinicius ha sido anulada, lo que significa que no tendrá que cumplir una suspensión.
Valencia calificó la decisión de cerrar parcialmente su estadio como “desproporcionada, injusta y sin precedentes” y dijo que tiene la intención de apelar esa parte de la sanción.
“El Valencia ha colaborado desde el primer minuto con la policía y todas las autoridades pertinentes para esclarecer los hechos ocurridos”, se lee en un comunicado del club.
“Además, hemos aplicado la máxima sanción posible con la prohibición de por vida de nuestro estadio por comportamiento racista de los aficionados identificados por la policía”.
En rueda de prensa, el técnico del Valencia, Rubén Baraja, ha añadido: “No voy a permitir que se manche a la afición del Valencia CF y de Mestalla con etiquetas que no nos representan.
Así como un jugador se defiende con razón de los insultos y lo apoyo con todas mis fuerzas, nosotros como club y afición nos rebelamos contra aquellos que, durante los días posteriores al partido, nos han acusado de ser lo que no somos.
El cierre se aplicará a la grada sur del Estadio de Mestalla, una zona a la que se vio señalar a un Vinicius claramente enfadado y emocionado durante la segunda parte del domingo antes de comunicar el problema al árbitro.
Fue expulsado en el minuto 97 de la derrota por 1-0, pero con la tarjeta roja anulada, estará disponible para el partido del miércoles ante el Real Vallecano si se recupera de una lesión en la rodilla que le obligó a perderse el entrenamiento del martes.
Vinicius fue expulsado luego de que un árbitro asistente de video (VAR) verificara que empujara al suelo al delantero del Valencia Hugo Duro. Sin embargo, las imágenes que el VAR mostró al árbitro de campo no incluían la parte en la que Duro agarró al brasileño por el cuello antes del incidente, que también es una infracción de tarjeta roja.
La Federación Española de Fútbol (RFEF) dijo que la decisión del colegiado de expulsar a Vinicius se debió a que se le “privó de una parte decisiva de los hechos”, y agregó que le era “imposible valorar adecuadamente lo sucedido”.
Al explicar el cierre parcial del estadio, la RFEF añadió: “Se da por probado que, tal y como refleja el colegiado en su acta, hubo gritos racistas a Vinicius, alterando el normal desarrollo del partido y considerando muy graves las infracciones”.
El partido se detuvo en la segunda mitad cuando Vinicius, indignado, informó al árbitro de los fanáticos de la oposición.
Real ha denunciado el abuso a la fiscalía española como un crimen de odio.
Varios brasileños protestaron frente al consulado español el martes. La portavoz del gobierno español, Isabel Rodríguez, dijo: “España está luchando contra este comportamiento. Lo condenamos y estamos trabajando para erradicarlo”.
El técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, dijo que el brasileño Vinicius está “muy triste” pero abrumado por el apoyo que ha recibido y cree que se quedará en España a pesar de los abusos.
“Su amor por el club es muy grande y quiere hacer su carrera aquí”, dijo Ancelotti.