El jefe de Mercedes, Toto Wolff, afirma que el coche de su equipo para 2023 “no tiene problemas de rebote” y que sus primeras impresiones del W14 en los test de pretemporada son “muy diferentes” a las de su predecesor.
Mercedes vio cómo se ponía fin a una racha de ocho años de títulos de constructores el año pasado, ya que su campaña 2022 se vio plagada de problemas imprevistos de rebote con su W13, tras la introducción de un nuevo reglamento de diseño radical.
Después de ganar una sola carrera y terminar tercero en la clasificación por detrás de Red Bull y Ferrari, las esperanzas de Mercedes de volver a la lucha por el título dieron sus primeros pasos significativos el jueves con el inicio de las pruebas de pretemporada en Bahréin.
George Russell terminó quinto en la tabla de tiempos para Mercedes en la primera sesión, pero hablando antes de que Lewis Hamilton pilotara el coche en la segunda sesión, Wolff pareció satisfecho con el inicio de su equipo.
“George estaba contento en general con el coche”, dijo Wolff. “Parece estar equilibrado de la forma correcta.
“No hay rebotes, lo que es una buena noticia, aparte del gran bache de final de recta.
“[Es] un buen punto de partida – estamos recopilando muchos datos porque es importante correlacionar, obviamente después del año pasado, y probando cosas diferentes – así que una primera mañana productiva”.
Cuando se le preguntó cómo había sido la experiencia en comparación con las primeras carreras del año pasado, Wolff añadió: “Sabíamos que teníamos problemas porque el coche iba dando tumbos y no éramos capaces de pilotarlo correctamente, así que es muy diferente”.
“Creo que ahora tenemos una base sólida sobre la que trabajar e intentar optimizar el coche, algo que todavía no hemos hecho. Se trata de averiguar cómo la aerodinámica puede perjudicar el rendimiento, como el año pasado con los rebotes”.
