Es posiblemente la mejor jugadora de baloncesto de todos los tiempos, y ha sido detenida en Moscú en medio de la guerra en Ucrania. Los aficionados quieren saber por qué no se le presta atención.
En una de las últimas apariciones públicas de Brittney Griner, captada por las cámaras de seguridad, se ve a la jugadora profesional de baloncesto estadounidense atravesando el control de seguridad del aeropuerto con una pequeña maleta negra.
Griner, pívot estrella de las Phoenix Mercury, había aterrizado en el aeropuerto de Sheremetyevo, a las afueras de Moscú, para jugar otra temporada en la liga rusa.
En las imágenes de seguridad, Griner lleva zapatillas de deporte, pantalones de chándal negros y una sudadera con capucha negra con el lema “Black Lives for Peace” (“Vidas Negras por la Paz”) en la espalda, y su pelo oscuro cuelga en mechones por encima de los hombros.
Con sus 1,80 metros de altura -incluso para los estándares del baloncesto- sobresale por encima de los agentes de aduanas y de los demás viajeros.
En otra toma, se la ve sentada frente a un hombre, aparentemente un agente de aduanas, negando con la cabeza. Después, nada… hasta que la semana pasada apareció una foto policial rusa en la televisión estatal.
Se cree que Griner, de 31 años, fue detenida por las autoridades rusas por cargos de drogas.
Un mes después de su detención, poco se sabe de sus circunstancias.
La incertidumbre en torno a su destino ha suscitado una oleada de apoyo a la jugadora, considerada por los aficionados y los analistas deportivos como la mejor jugadora de baloncesto de todos los tiempos.
Y también ha generado un sentimiento de indignación entre algunos aficionados que dicen que la respuesta a la detención de Griner ha sido extrañamente silenciosa.
Los aficionados y los expertos afirman que la atención que se le ha prestado en comparación con los jugadores masculinos pone de manifiesto las antiguas desigualdades de género en el deporte profesional.
“Si se tratara de una jugadora de la NBA [liga profesional masculina] de su calibre… esto estaría en la portada no sólo de todas las páginas de deportes, sino de todas las páginas de los medios de comunicación del mundo”, dijo Tamryn Spruill, una periodista deportiva que está escribiendo un libro sobre la WNBA y las contribuciones de Griner a la liga.
Griner, que lleva nueve años en la liga, es “la mejor de las mejores”, dijo Melissa Isaacson, periodista deportiva y profesora de la Universidad de Northwestern, en el estado de Illinois.
“Es el Tom Brady de su deporte”, dijo Isaacson. “Se podría argumentar con mucha precisión que es una de las mejores atletas del mundo”.
Nacida en Houston (Texas), obtuvo una beca de baloncesto en la Universidad de Baylor, donde llevó al equipo a un campeonato nacional.
Ahora es una de las jugadoras más dominantes de la historia de la WNBA, ampliamente considerada como la mejor jugadora ofensiva de la liga.
Pocas han conseguido lo que Griner: ganar un campeonato universitario, títulos de la WNBA y de la Euroliga y una medalla de oro olímpica. Y, como es sabido, su capacidad para hacer mates es inigualable.
Fuera de la cancha, también se la considera una pionera, ya que salió del armario como gay a los 22 años, justo en el momento de su entrada en el deporte profesional.
Ese año se convirtió en la primera seleccionada en el draft de la WNBA y, poco después, en la primera atleta abiertamente gay en ser patrocinada por Nike.
“Antes de Griner, había una sombra sobre la liga, en la que se decía ‘no digas gay'”, dijo Spruill. “Y ella decía ‘al diablo con eso, esto es lo que soy'”.
“BG siempre ha sido una pionera”, ha dicho la compañera de equipo de Griner, Diana Taurasi.
A pesar de todo, Griner tenía un segundo trabajo, y por eso había volado a Rusia: para jugar en el equipo de la Euroliga UMMC Ekaterinburg, donde trabajaba desde 2014 durante la temporada baja de Estados Unidos.
Aproximadamente la mitad de las jugadoras de la WNBA compiten en el extranjero fuera de temporada. Para la mayoría, es una forma de aumentar sus ingresos nacionales: Las jugadoras de la WNBA reciben aproximadamente cinco veces más en Rusia que en Estados Unidos.
“Si fuera Steph Curry o LeBron James, no estaría allí porque ganaría suficiente dinero”, dijo Spruill.
Las compañeras de Griner en la liga masculina ganan más de 200 veces el salario máximo de la WNBA.
Tras la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, la Euroliga suspendió a todos los equipos rusos y los directivos de Estados Unidos y de la WNBA empezaron a llamar a las jugadoras para que abandonaran el país.
Pero fue demasiado tarde para Brittney Griner, que se cree que entró en Rusia una semana antes, el 17 de febrero, aunque el momento sigue sin estar claro.
El Servicio Federal de Aduanas ruso dijo en un comunicado de prensa que un perro rastreador había llevado a las autoridades a registrar el equipaje de mano de la jugadora de baloncesto estadounidense y que había encontrado cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís. La agencia de noticias estatal rusa, Tass, identificó a la jugadora como Griner.
Las autoridades rusas no confirmaron su detención hasta la tercera semana de marzo, aunque revelaron que había sido detenida en el aeropuerto en febrero. No se sabe dónde está retenida ni en qué circunstancias.
