El Bayern Múnich, considerado como uno de los favoritos a ganar la Champions League, fue sorprendido por la ilusión y el ímpetu del Salzburgo, liderado por el emergente Karim Adeyemi, y apenas pudo arrancar un 1-1 de Austria gracias a un gol in extremis de Kingsley Coman ya que Robert Lewandowski entró muy poco en juego en todo el partido.
El Salzburgo demostró desde el pitido inicial que la primera presencia de un equipo austriaco en los octavos de final de la Champions no iba a ser testimonial. Empujado por una afición que llenó el Red Bull Arena una vez levantadas todas las restricciones por la pandemia, planteó muchas dificultades al Bayern con su fútbol eléctrico, una réplica perfecta de que ejecuta el Liverpool de Jürgen Klopp.
Un Salzburgo respondón
Los jugadores de Matthias Jaissle sorprendieron una y otra vez en la primera parte al todopoderoso gigante bávaro con una fuerte presión en el centro del campo que le permitió recuperar la posesión y proyectarse al ataque con vertiginosas salidas de balón.
Y ahí, entre líneas, Karim Adeyemi, el delantero alemán, demostró ante sus compatriotas todas las cualidades que le han convertido a sus 20 años uno de los jóvenes talentos más codiciados de Europa. Todo un quebradero de cabeza para la línea de tres centrales del Bayern por su velocidad, regate y verticalidad.
Kimmich, taponado
El Bayern, con Joshua Kimmich taponado por la presión local, no pudo desarrollar su juego habitual y también tuvo que recurrir por momentos a los balones largos, pero en su caso sin acierto, propiciando las contras del Salzburgo.
En una de las contadas ocasiones en que el Bayern creó peligro en desplazamientos largos, Serge Gnabry recibió, recortó a Andreas Ulmer y su disparo cruzado lo desvió el meta Philipp Köhn (10′).
Adamu entra y marca
Fue un espejismo pese a que el Salzburgo perdió por lesión muscular antes del cuarto de hora a su delantero Noah Okafor. Una baja sensible pero, cosas del fútbol, su relevo Chukwubuike Adamu abrió el marcador, cómo no, en una transición letal.
Adeyemi recibió, descargó a la perfección y, pese a que Brendon Aaronson no controló bien, el balón llegó a Adamu, quien colocó una rosca imposible para Sven Ulreich, sustituto del lesionado Manuel Neuer (21′).
Ulreich evita el 2-0
Ulreich evitó con una mano providencial el 2-0 al sacar el remate a la media vuelta de Aaranson (24′). En la otra área Robert Lewandowski inusualmente pasó desapercibido y apenas Leroy Sané, con un disparo excesivamente cruzado (30′), y Kingsley Coman, con un cabezazo centrado (40′), inquietaron al Salzburgo en la primera parte.
Tras el descanso el partido cambió. El Bayern fue claro dominador pero los austriacos, firmes en defensa, apenas le concedieron situaciones de superioridad. Y cuando lo logró el campeón alemán se encontró con Köhn, que frustró a Coman tras una buena acción individual por la izquierda (73′) y a Sané (76′).
De una clara doble ocasión local al 1-1
El Salzburgo ya no pudo pisar área tras el descanso pero. en el 81′, lo logró y pudo sentenciar el partido en una clarísima doble ocasión de Adeyemi y Adamu que frustraron Ulreich y Benjamin Pavard con la portería desguarnecida.
Pero mantener a raya a un equipo como el Bayern con tantos recursos durante los 90 minutos es una misión prácticamente imposible y, cuando se cumplía el tiempo reglamentario, Thomas Müller peinó un centro desde la derecha de Pavard y Coman, solo en el segundo palo, batió por fin a Köhn. Un gol que premió la insistencia del equipo de Julian Nagelsmann, pese a no ser una de sus mejores noches europeas, y prolonga a 22 su racha de desplazamientos seguidos en Champions sin perder.
