Aaron Rodgers mantiene su postura de querer irse de Green Bay. Prácticamente no ha hablado desde la eliminación en los Playoffs, pero los actos dicen más que las palabras, ya que siguen sin reportarse a las actividades de la temporada baja de los Packers.
Tras ausentarse de los entrenamientos voluntarios, el veterano quarterback se ausentó del inicio del mini campamento obligatorio de los Packers, la primera vez en su carrera que no participa en estas sesiones.
Contrario a las prácticas voluntarias, el saltarse el mini campamento incurre en una multa de hasta $93,085 si no se presentan en tres días, aunque el gerente Brian Gutekunst estaría considerando perdonar la multa y reportar su ausencia como ‘justificada’, lo que le dejaría sin sanciones económicas, aunque sus ausencias le impedirían cobrar $500,000 dólares que tiene como bonificación por participar en los entrenamientos.
El quarterback estuvo en Hawaii con su prometida, la actriz Shailene Woodley, y el actor Miles Teller durante los entrenamientos no obligatorios, Sus principales receptores, incluyendo a Davante Adams, no estuvieron tampoco en las prácticas voluntarias.
Matt Schneidman de The Athletic reportó que hubo algunos jugadores que no participaron el martes por Covid o por lesión, pero el único que decidió no ir fue Rodgers. NFL Network reportó que no participó en una reunión a las 8:30 de la mañana, tiempo local.
Rodgers y los Packers tienen problemas en su relación desde que el equipo eligió a Jordan Love en el Draft de 2020.
Aunque ganó el MVP tras ello, Rodgers no le gusta que no haya sido involucrado en la toma de decisiones del equipo, como pasa con Tom Brady en Tampa Bay, y sabe que sus días estarían contados en Green Bay y 2021 bien podría ser su última temporada, por lo que quiere ir a otro equipo antes del inicio de la campaña, algo que los Packers han expresado que no piensan hacer.
