La locura en el estadio de Newell’s con Maradona ha ido más allá de los cánticos, las pancartas o las bufandas del ’10’. El retorno de Diego a Rosario, donde dio los primeros pasos profesionales antes de ser leyenda dejó una de las imágenes del año.
Diego Armando Maradona vivió una jornada muy especial en su visita a Rosario. Su equipo, Gimnasia y Esgrima La Plata, visitó a Newell’s por una nueva jornada de la Superliga Argentina y el equipo leproso aprovechó la ocasión para homenajearlo de tal manera que el Diez no contuvo las lágrimas.
Maradona no se sentó en un banquillo. Se sentó en un trono. Literal. Como un rey o como el dios que es considerado en Argentina. Maradona cruzó el terreno de juego desde el túnel de vestuarios hasta el trono que le esperaba. Entre cánticos y una locura desatada entre los aficionados Diego llegó, firmó el trono y posteriormente se sentó para ver el partido desde allí.
Maradona ya había vivido episodios curiosos esta pasada tarde cuando los hinchas de la ‘Lepra’ lo recibieron con cánticos como “Olé, olé, olé, olé, Diego, Diego”, celebrando la vuelta del campeón del mundo al Parque Independencia, pues ya jugó en el club rosarino durante la temporada 1993/94.
