El Betis, flamante semifinalista de la Conference League, logró este lunes un cómodo triunfo en Montilivi (1-3) para situarse a un punto del Villarreal y la quinta posición, a costa de un Girona que sigue en caída libre y que sufrirá para no descender a la Segunda División española.
El equipo de Manuel Pellegrini, con hasta siete novedades respecto al partido del jueves en Polonia, resolvió el encuentro en la primera mitad con tres goles del estadounidense Johnny Cardoso, el brasileño Antony e Isco Alarcón para dejar atrás la derrota liguera contra el Villarreal.
El Betis saltó al verde con más ambición e intensidad. Arrinconó a su rival y necesitó seis minutos para traducir su dominio en gol: Isco sirvió un córner y Johnny Cardoso se elevó entre la defensa para marcar de cabeza y ahondar en la herida del Girona.
El equipo rojiblanco intentó despertar con alguna acción del ucraniano Viktor Tsygankov o alguna cabalgata del neerlandés Arnaut Danjuma, pero sigue sufriendo su falta de gol crónica y además jugaba sin delantero.
Abel Ruiz aparece y desaparece de las convocatorias por molestias sin explicación. Míchel solo cuenta el uruguayo Cristhian Stuani como revulsivo por sus 38 años. Ya ha dejado de contar con el macedonio Bojan Miovski.
El Girona pudo marcar por mediación del colombiano Yaser Asprilla tras una recuperación del brasileño Arthur Melo, pero Adrián San Miguel firmó una parada salvadora en el uno contra uno. Su posesión fue de nuevo inútil.
El Betis jugaba cómodo, como si supiera que la defensa local, tan débil, le iría brindando oportunidades. Y sentenció el partido antes del descanso: en el 39 Antony remató de volea un centro del francés Romain Perraud y en el 42 Isco cabeceó un pase del marroquí Ez Abde. Remataron solos. Helaron Montilivi.
La verticalidad visitante condenó y desnudó al Girona, tan inofensivo, y las caras de los futbolistas y de Míchel eran un poema. La afición despidió la primera parte con una sonora pitada que no pudo tapar la megafonía de Montilivi.
Míchel recurrió al orgullo de Portu, extremo, en el descanso para situarlo como punta, con Miovski y Stuani en el banquillo, pero estuvo a punto de caer el 0-4.
Paulo Gazzaniga desvió un duro disparo de Ez Abde y acto seguido el extremo marroquí cabeceó un córner solo en la frontal del área pequeña, en la penúltima muestra de fragilidad del Girona. El portero argentino también salvó al Girona en un mano a mano con Antony y en el posterior remate del colombiano ‘Cucho’ Hernández.
