Luis Enrique se marcha con las manos en los bolsillos. Los jugadores del PSG tienen caras de piedra. Mbappe hincha las mejillas.
Los de Eddie Howe les han escaldado aquí. Los locales presionaron magníficamente y su intensidad abrumó a los visitantes, que se marchitaron.
Parecía valiente alinear a cuatro delanteros antes del saque inicial. Ahora parece un poco ingenuo y fueron castigados. Es un nuevo comienzo para el proyecto del PSG, pero hoy ha sido un baño de realidad. El PSG sigue lejos de su objetivo con Luis Enrique.
Sencillamente, una de las noches más famosas de la historia del Newcastle. Su última campaña en la Liga de Campeones pasó a los anales: valientes victorias sobre el Feyenoord y la Juventus. Esta noche han jugado mucho mejor, con unos aficionados que nunca creyeron que volverían a llegar a esta fase detrás de un equipo completamente nuevo.
Este centro del campo, del que se ha dudado en ocasiones en lo que va de temporada, se burló de la decisión de Luis Enrique de poner sólo dos contra ellos. Pero fueron dos chicos locales, Dan Burn y Sean Longstaff, quienes encarnan el espíritu de este equipo. La noche se hizo a su imagen y semejanza.
Ha sido increíblemente impresionante por parte del Newcastle. La potencia y la musculatura, pero también la disciplina.
Algunos de esos jugadores del PSG pueden cambiar la dinámica de un partido en un abrir y cerrar de ojos, y todos ellos fueron en gran medida espectadores.
He cuestionado las expectativas del PSG para la Liga de Campeones esta temporada, y la reacción a esta derrota dirá mucho sobre dónde se encuentran.
Es una derrota contundente, tras un comienzo complicado en la Ligue Un. Si todavía tenían planes de meterse de lleno en este torneo, independientemente de la transición de identidad que han iniciado, entonces tendrán que ofrecer algún tipo de reacción positiva y podría decirse que mostrar cierto enfado por cómo han salido las cosas esta noche.
