Ryan Giggs fue uno de los mejores jugadores de la era de la Premier League y el futbolista británico más condecorado de todos los tiempos.
Ahora, al final de una lucha de dos años y medio para limpiar su nombre después de que se retiraran los cargos por violencia doméstica, el futbolista cuyo lugar en la historia no se pone en duda se enfrenta todavía a un futuro incierto.
Giggs, de 48 años, tiene intención de volver a trabajar, de regresar al fútbol, pero ¿qué pasará ahora con él y con su reputación?
En agosto de 2022 se celebró un juicio que duró 12 días y en el que el jurado no llegó a un veredicto mayoritario sobre las acusaciones de comportamiento controlador, así como de agresión a su ex novia Kate Greville y a la hermana de ésta, Emma.
Siempre deseoso de limpiar su nombre y volver a la carrera de entrenador que había comenzado con Gales, incluyendo llevar a su país a la clasificación para la Eurocopa 2020, la cabeza de Giggs cayó cuando se enteró de cuánto tiempo podría tomar para que el caso concluyera después de que se ordenara un nuevo juicio.
Casi un año después, un juez ha ordenado que se le declare inocente de los tres cargos que se le imputaban, absuelto de toda culpa, ya que la fiscalía no ofreció ninguna prueba contra él.
La decisión de la fiscalía de retirar los cargos y el abandono del nuevo juicio significan que Giggs es libre de reanudar la carrera que quedó en suspenso cuando surgieron las primeras acusaciones en noviembre de 2020.
Sin embargo, algunos creerán que lo que quedaba de su buen nombre -ya manchado por anteriores aventuras extramatrimoniales- ha quedado dañado.
Durante el juicio original el año pasado, el abogado defensor de Giggs, Chris Daw QC, describió a su cliente como un hombre de educación “limitada”, pero que “no estaba siendo juzgado por ser coqueto”, por ser un “mujeriego compulsivo” o por ser un “rompecorazones inútil”.
“Si fueran delitos, probablemente sería culpable de al menos algunos de ellos”, dijo Daw en aquel momento.
Tras el veredicto de inocencia, Daw declaró que su cliente se sentía “profundamente aliviado” por el final del caso y que “pretende rehacer su vida y su carrera como un hombre inocente”.
Pero, ¿dónde y cómo reconstruir su carrera?
Incluso si sus esperanzas como entrenador no se han acabado por los detalles de su comportamiento leídos en el tribunal, ¿ha sufrido su reputación hasta el punto de que no hay manera de volver al mundo del fútbol que ha seguido a su ritmo sin él?
Y si la puerta no se ha cerrado, ¿quién le volverá a invitar a entrar?
