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Los propietarios de la F1 acusan a Ben Sulayem, de la FIA, de comentarios “inaceptables”

Por: Emmanuel García

Los propietarios de la Fórmula 1 han acusado al presidente del organismo rector del automovilismo de hacer comentarios “inaceptables” sobre el valor del campeonato.

El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, describió el lunes los 20.000 millones de dólares (16.200 millones de libras) como un “precio inflado de la F1”.

En una carta enviada por la F1 y su propietario Liberty Media a la FIA se afirma que los comentarios “sobrepasan los límites tanto de las competencias de la FIA como de sus derechos contractuales”.

Añade que la FIA “puede ser responsable” de cualquier daño al valor de Liberty.

La carta, enviada el martes y a la que ha tenido acceso BBC Sport, está redactada conjuntamente por el director jurídico de la F1, Sacha Woodward Hill, y Renee Wilm, que desempeña la misma función para Liberty Media, propietaria de la F1.

La F1 posee los derechos comerciales de la categoría en virtud de un contrato de arrendamiento de 100 años firmado por la FIA a principios de este siglo. El grupo estadounidense Liberty Media compró la F1 en 2017.

La carta constituye una respuesta explosiva a las declaraciones de Ben Sulayem en Twitter el lunes, que se produjeron en reacción a un informe de Bloomberg según el cual el Fondo de Inversión Pública (FPI) de Arabia Saudí había intentado y fracasado en su intento de comprar la F1 por esa cifra.

Ben Sulayem describió la valoración como un “supuesto precio inflado” y dijo: “Se aconseja a cualquier comprador potencial que aplique el sentido común, considere el bien mayor del deporte y venga con un plan claro y sostenible, no sólo con mucho dinero”.

Y añadió: “Es nuestro deber considerar cuál será el impacto futuro para los promotores en términos de aumento de las tasas de acogida y otros costes comerciales [en caso de que se produzca dicha venta]”.

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La carta de Woodward Hill y Wilm iba dirigida al Ejecutivo de la FIA y a su Consejo Mundial del Automovilismo, el órgano legislativo del deporte.

Supone una escalada dramática en la tensa relación entre la F1 y la FIA que se ha hecho evidente durante los 13 meses de presidencia de Ben Sulayem.

La carta afirma que, según el contrato de 100 años, la F1 tiene “el derecho exclusivo de explotar los derechos comerciales en el Campeonato del Mundo de F1 de la FIA”.

Y añade: “La FIA se ha comprometido inequívocamente a no hacer nada que perjudique la propiedad, gestión y/o explotación de esos derechos”.

Dice que los comentarios de Ben Sulayem, “realizados desde la cuenta oficial de redes sociales del presidente de la FIA, interfieren con nuestros derechos de forma inaceptable”.

Woodward Hill y Wilm escriben: “Las circunstancias en las que la FIA tendría algún papel en un cambio de control del grupo F1 son muy limitadas”.

“Cualquier sugerencia o implicación en sentido contrario, o que cualquier comprador potencial del negocio de la F1 esté obligado a consultar con la FIA, es errónea”.

La carta añade que cualquier “comentario sobre el valor de una entidad cotizada, especialmente alegando o implicando la posesión de conocimiento interno mientras lo hace, corre el riesgo de causar un daño sustancial a los accionistas e inversores de esa entidad, por no mencionar la posible exposición a graves consecuencias regulatorias”.

“En la medida en que estos comentarios dañen el valor de Liberty Media Corporation, la FIA puede ser responsable como consecuencia de ello”.

Concluye que la F1 y Liberty “esperan y confían en que no será necesario volver a abordar esta cuestión”.

La FIA ha declinado hacer comentarios.

¿Qué estaba haciendo Ben Sulayem?

Fuentes de alto nivel de la F1 han puesto en duda la veracidad de la afirmación de que el PIF saudí ha intentado comprar la F1.

Arabia Saudí participa en la F1 -su empresa nacional de combustibles Aramco es patrocinadora corporativa, y el país acoge una carrera que tiene una de las mayores tasas de acogida-, pero BBC Sport ha sido informada de que su PIF no ha intentado por el momento comprar el deporte.

La intervención de Ben Sulayem plantea una serie de preguntas sobre por qué ha sentido la necesidad de involucrarse en un asunto comercial que no es de su competencia.

La FIA está obligada a mantenerse al margen de los asuntos comerciales de la F1 en virtud de un acuerdo alcanzado con la Comisión Europea hace más de 20 años.

Y la declaración de Ben Sulayem se produce en un contexto de tensión continua entre la FIA, por un lado, y la F1 y los equipos, por otro, sobre la forma en que se está gestionando el deporte.

Liberty compró la F1 en 2017 en un acuerdo que valoró el deporte en 8.500 millones de dólares, y desde entonces su atractivo global ha aumentado significativamente.

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