El Theâtre du Châtelet se rindió el 17 de octubre de 2022 a Karim Benzema. Faltaba un premio individual para rendir homenaje a uno de los jugadores más elegantes y con más calidad de la historia del fútbol. El delantero francés recibió su primer Balón de Oro en una ceremonia inolvidable que por fin hizo justicia a un jugador incomprendido durante muchos años, pero con un palmarés con el que puede sentarse en la mesa de grandes leyendas del deporte rey.
Benzema recibió una distinción en un teatro en el que el arte de su fútbol casaría completamente para recrear una novela de Victor Hugo o para recitar un poema de memoria de Charles Baudelaire. El delantero del Real Madrid, quinto francés que recibe un Balón de Oro tras Raymond Kopa, Michel Platini (tres ocasiones), Jean Pierre Papin y Zinedine Zidane, abrazó el prestigioso galardón después de una temporada histórica en la que fue pichichi de la Champions League, pichichi de la Liga y el mejor jugador de un Real Madrid que se alzó como campeón de ambas competiciones.
“Estoy muy orgulloso. Me acuerdo cuando era un niño, todo el trabajo incesante, y para mí era un sueño como el de cualquier niño. Siempre lo he tenido en la cabeza. Después encontré la motivación”, apuntó Benzema nada más recoger el premio de manos de Zinedine Zidane.
“He tenido buenos modelos en mi vida: Zizou, Ronaldo… Es fruto de mucho trabajo, entrenamiento, esfuerzo… Pero sobre todo es perseguir un sueño que tenía en la cabeza desde niño. Todo es posible, para mí ha sido muy difícil. Lo he conseguido, no ha sido fácil”, prosiguió.
El camino hasta la cima del fútbol no ha sido, ni mucho menos, fácil para Benzema. Sus inicios en el Centre Tola Vologe, el prestigioso complejo deportivo de la cantera del Lyon, le llevaron a debutar con el primer equipo en tiempo récord. En 2004, con la famosa Generación del 87 que contaba con Nasri, Ben Arfa o Ménez, ganó el campeonato de Europa sub 17, pero nunca recibió el reconocimiento que se merecía, ya que no era considerado el mejor jugador de aquella magnífica generación.
“Hubo un periodo en que no estaba en la selección, pero seguí trabajando con ese sueño en la cabeza: Jugar al fútbol lo mejor posible e intentar conseguir este trofeo. Estoy orgulloso de mi trayectoria. Es la primera vez que consigo este trofeo. Estoy muy feliz y voy a seguir trabajando, por supuesto”, apuntó el delantero sobre el escenario.
En 2009, Florentino Pérez viajaba a su casa personalmente para ficharle por 35 millones de euros. Cifra irrisoria en el fútbol actual, pero que fue un golpe en aquel entonces. Benzema no titubeó ni un instante. Su sueño era jugar en el Real Madrid. En 13 años, con temporadas en las que no se valoró su fútbol ni tampoco que fuera el escudero de Cristiano para encontrarle espacios, el de Lyon se ha erigido como el segundo máximo goleador de la historia del club, ha ganado cinco Copas de Europa, cuatro Ligas, tres Supercopas de Europa, cuatro de España y ha pasado de ser considerado un actor secundario, que en realidad no lo era, a la referencia absoluta de uno de los clubes más grandes del mundo, sino el que más.
“Gracias a todos mis compañeros de equipo tanto en el Madrid como en la selección de Francia, a mi entrenador, a mi gran presidente, que para mí es un miembro de mi familia, porque me dio un día la oportunidad de jugar y firmar por el Madrid y desde ese día siempre ha estado a mi lado, me ha apoyado y ha confiado en mí. Tiene todo mi respeto. Quiero agradecer a toda la academia del Lyon, sin ellos no estaría aquí, y a mi familia. Es un premio individual, pero no deja de ser un premio colectivo”, finalizó Benzema.